Descripción
Descubierta por un pirata inglés y adjudicada a Francia. Así es la trágica historia de este lugar rodeado de tragedia y que llegó a ser habitado por un solo hombre.
La Isla Clipperton es uno de esos secretos naturales e históricos que oculta nuestro país. A dicho atolón se le considera el último de los territorios perdidos por México y su historia parece sacada de una película: la descubrieron piratas, se la disputaron varios países y quienes llegaron a habitar su territorio murieron en el olvido.
De Clipperton se sabe poco, quizá lo más conocido es que datos históricos apuntan a que Francia se apropió de ella de forma arbitraria y hay quienes ven en este suceso un golpe a la soberanía marítima del país. Alguna vez se le conoció como la Isla de la Pasión y ha pasado por control inglés, español, estadounidense y actualmente sigue bajo el francés.
Este pequeño territorio de unos 6 kilómetros cuadrados (5km de longitud y 2 de diámetro) se localiza a unos 1,200 kilómetros de Acapulco y a unos 1,100 kilómetros en el Océano pacífico. Los primeros datos de su existencia se remontan a 1527, cuando se establecieron sus primeros registros que adjudican su descubrimiento al español Álvaro de Saavedra, lo que valió que España controlara este atolón, que a su vez pasó a manos de México con la independencia del país.
Hablar de la misteriosa Isla Clipperton (aquí varias islas mexicanas para visitar) implica una historia de disputas internacional por parte de diversos países que se han adjudicado la propiedad de la isla. Primero fue la corona española la que tuvo su control y eventualmente se cuenta que el pirata inglés John Clipperton también llegó al diminuto territorio (también conocido como la Isla de la Pasión) en el siglo XVIII aunque Inglaterra nunca pudo reclamar la propiedad debido a la actividad ilegal del navegante británico.
Fue entonces cuando Francia, señaló en 1858 que el francés Víctor Le Coat de Kerveguen había descubierto la Isla y por tanto le pertenecía a su gobierno.
La disputa por Clipperton se intensificó cuando los navegantes se percataron de la abundancia del guano, el excremento acumulado de algunas aves que solía ocuparse como un fertilizante de calidad pero también se usaba en la producción de pólvora y explosivos dada su concentración de nitrógeno, potasio y fosfatos.
La explotación de guano duró poco pero la Isla volvió a ponerse en el candelero cuando se anunció la construcción del canal de Panamá, y fue en ese momento cuando Estados Unidos se sumó a la polémica lucha por el control del territorio. Sin embargo, la nación norteamericana quedó fuera de la jugada cuando la disputa quedó solo entre México y Francia, que acordaron que el rey italiano Víctor Manuel III sería quien decidiría. A este monarca le tomó más de 20 años decidir sin más, ni más que Isla Clipperton le pertenecía a Francia a pesar de que varias constituciones mencionaban la isla como parte del territorio mexicano hasta 1934, cuando se quitó la isla.
Cuando este atolón se volvió objeto de explotación comercial por el guano la Pacific Island Company obtuvo un permiso en 1906 para explotar el fertilizante, lo cual permitió que llegaran unos 100 habitantes entre ingenieros, obreros militares y sus respectivas familias, que recibían víveres gracias a una ruta entre el puerto de Acapulco y Clipperton.
Ramón Arnaud fungía como gobernador de la isla, que poco a poco vio caer su prosperidad hasta que la compañía que extraía el guano se declaró en quiebra. El suceso financiero coincidió con el estallido de la Revolución Mexicana que ocasionó que los barcos que llevaban comida a los habitantes de la isla dejaran de hacerlo, lo cual dejó a los habitantes a merced de la hambruna.
Se dice que incluso Victoriano Huerta envió un navío para intentar alimentar a los habitantes, pero éste fue hundido. Además, los habitantes de la isla, que incluían a las familias de los trabajadores, intentaron huir fallidamente en improvisadas balsas.
Si hasta ahora la historia de Isla Clipperton ya sonaba trágica. Los habitantes siguieron muriendo de inanición mientras otros eran alcanzados por la locura del aislamiento. En 1915, según ha relatado una descendiente de Arnaud, un barco estadounidense llegó para rescatar a algunos sobrevivientes pero el gobernador se negó a abordarlo, cosa que le costó la vida pues tiempo después murió ahogado al intentar alcanzar un navío que navegaba por la zona.
La tradición cuenta que tras la muerte de Ramónd Arnaud el resto de los habitantes, un solo varón quedó en Isla Clipperton. La historia lo ha identificado como Victoriano ÁLvarez, quien ante el aislamiento habría enloquecido, violado e incluso asesinado a varias de ellas antes de morir a mano de una mujer que logró defenderse.
Como desenlace de película, un barco rescato a cuatro mujeres y siete niños sobrevivientes, cuya subsistencia se atribuye al consumo de frutos y agua de coco.