Gustavo Huet Bobadilla Tirador

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Descripción

Nació en la Ciudad de México22 de noviembre de 1911 murió en Puebla, el  20 de noviembre de 1951

Medalla de plata en la competencia de tiro con rifle a 50 metros, en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.

La competencia de tiro, en esa Olimpiada, constó de únicamente dos pruebas: la de tiro con pistola -en la que el coronel mexicano Arturo Villanueva obtuvo el cuarto lugar- y la de tiro con rifle de pequeño calibre .22 cuerpo a tierra.

Hasta ella llegó Gustavo Huet, narran las crónicas de aquella época que la de tiro era, sin lugar a dudas, la más elitista de todas las pruebas olímpicas. Los tiradores -sobre todo los europeos- pertenecían a ricas familias de abolengo y algunos de ellos se presentaban a la competencia vestidos de frac, cubiertas las manos con blancos guantes; en los labios la inseparable pipa y a su lado un mozo de ayudantía.
Ya Gustavo Huet les había sorprendido:
¿cómo es posible que este mexicano acompañe su comida con café y no con vino?… ¿Cómo es posible que tome café, que duerma una siesta después de comer y que mantenga el pulso tan firme en los entrenamientos vespertinos? –
Pero cuando, ya en la competencia final, vieron tomar posición a aquel joven no tan alto, que cubría su cuerpo moreno con modestas ropas, y que portaba una vetusta carabina que contrastaba con sus modernas armas de competencia, dejaron escapar algunas sonrisillas burlonas.
Pronto tuvieron que mudar la expresión de su rostro.
Porque aquel mozalbete de apenas 20 años acertaba disparo tras disparo.
Con su vieja carabina firmemente pulsada, Gustavo Huet acumuló 294 aciertos. Y estaba ya en el primer lugar.
¿Medalla de oro?…
Los jueces revisaron minuciosamente cada tarjeta, cada blanco.
Y se produjo un largo debate porque los jueces, que al parecer no encontraban la perforación en un disparo del sueco Bertil Ronnmark, decidieron otorgarle, también, 294 blancos. ¡Empate en primer lugar! Medalla de bronce al húngaro Zoltan Hradetsky-Soos, quien logró 293 puntos.

A ronda de desempate, pues, dramática, intensamente dramática, Porque Huet llegó nuevamente empatado con Ronnmark al último disparo, el 25. El sueco lo hizo bueno. ¡Huet lo falló!

Logró, no obstante, el honor de una medalla de plata y por sobre todas las cosas, el honor de hacer escuchar por primera vez en la todavía incipiente historia de los Juegos Olímpicos de la era moderna, el Himno Nacional Mexicano. Porque, oficialmente, tanto Ronnmark como Huet habían finalizado en primer lugar y así se registró en la puntuación.

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