Descripción
Nació en México en el año 1980
La ciencia y tecnología avanzan a pasos agigantados y es necesario inspirar a las nuevas generaciones para que en el futuro ellos produzcan nuevos avances y no dependamos de los logros provenientes de otras partes del mundo.
Maestra en aeronáutica y tecnología espacial, participa en la iniciativa NiñaSTEM Pueden de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que tiene por objetivo fomentar e inspirar a las nuevas generaciones a seguir carreras en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, como acrónimo en inglés).
En la iniciativa participan mujeres destacadas en las disciplinas STEM, quienes forman una red de apoyo para niñas y jóvenes estudiantes mexicanas, organizando pláticas, talleres y programas de mentaría con el objetivo de promover la integración de las mujeres en esta área.
Su afición la llevó a ganar una beca con la que pudo irse a Estados Unidos a estudiar inglés y a conocer a Edward J. Weiler, entonces investigador en jefe del telescopio espacial Hubble de la NASA, al cual le había escrito una carta luego de ver una entrevista en televisión.
Gracias a esta carta, Carolina Gallardo pudo visitar el centro Goddard y tomar esa decisión de carrera que definiría su vida.
Carolina estudió Ingeniería Física en la Universidad Autónoma de México (UAM) –donde tuvo su primer contacto con la nanotecnología– y después se especializó con dos maestrías en el área espacial, una de las cuales le permitió trabajar el proyecto final en algún centro espacial del mundo.
Esta joven ingeniera quiso volver a la NASA, donde de niña admiró la réplica del telescopio Hubble.
En la NASA colaboró con la miniaturización de instrumentos científicos para misiones planetarias y en concreto, con el desarrollo de la miniaturización de un analizador de moléculas orgánicas para Marte que buscará signos de vida pasada o presente.
En las misiones a la Luna o a Marte, cuando se recolectan pruebas es necesario o enviar la información a analizar a la Tierra o regresar la prueba completa para su análisis.
Pero el dispositivo en que colaboró Carolina –junto con otros muchos especialistas– hará la diferencia en los futuros viajes espaciales.
“Lo que ya se va a hacer con este sensor es analizar la prueba in situ, esto va a servir para conocer toda la química orgánica en todo el Sistema Solar, en específico, en Marte. Además de que también sirve para detectar cáncer o compuestos orgánicos en el ser humano”, explica la ingeniera.
Este sensor ya está operando aquí en la Tierra y todo lo desarrollado en este proyecto se aplicará en la próxima misión a Marte.