Descripción
Nació en Monterrey el 13 de diciembre de 1920 murió en Cuernavaca, el 28 de febrero de 1991
Comenzó a dibujar desde que era niño y lo he seguido haciendo durante todos los días -casi todas las horas- de su vida. Dibujo solo o acompañado. Dibujo cuando hablo por teléfono y dibujo cuando, en los restaurantes, converso con una persona.
Comento “para mí es más fácil explicar algo si me auxilio con el dibujo. Alguien me ha preguntado qué me gustaría ser si volviera a nacer, yo he contestado que me gustaría volver a ser dibujante, sólo que mejor de lo que soy. Dibujar es un placer que pocos conocemos.
Es un arma secreta que equivale a hablar otro idioma. Un idioma que sólo dominan unos pocos privilegiados. De 5 mil millones de seres humanos que pueblan la Tierra, los dibujantes no llegamos a cien mil. Los que nacimos con esa bendición, con la facilidad de dibujar, no tenemos por qué preocuparnos en la vida. Nunca nos va a faltar nada. Somos como la mujer barbada; como el hombre de color verde. O sea, somos diferentes. Un hombre verde siempre podrá trabajar en los circos valido solamente de su color, sin necesidad de ser ni maromero, ni equilibrista, ni hombre bala. La gente lo verá siempre con curiosidad, con admiración. Y es que hombres verdes no hay muchos.
A veces su alma se calma y hasta desaparece parcialmente, pero luego vuelve a ser compulsivo. Todo lo que veo lo dibujo o lo escribo y lo que escribo me lleva invariablemente, a escribir cosas que yo no veo; cosas que sólo imagino. Estas son, generalmente, las más bellas, pues son mentiras, y como he dicho, las mentiras son más hermosas que la verdad.
La mayoría de su obra fue producto de su imaginación, pero otros son resultado de apuntes durante viajes, en bares y restaurantes, en aviones, vestíbulos de hoteles, en cafés- en cualquier parte donde tuviera a mano un papel y un lápiz.
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