Descripción
Nació en Ciudad de México el 8 de abril de 1926
Murió en la ciudad de México; el 11 de enero de 1994
Emilio Rosenblueth se enteró de que había sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de investigación científica y técnica casi al mismo tiempo que se caía al bajar del tren a su regreso de El Escorial, con lo que tuvo la oportunidad de conocer los servicios médicos -españoles – que le parecieron excelentes. Ahora, el profesor RosenbIueth anda con el brazo derecho en cabestrillo, fruto de esta caída fortuita, que le ocurrió porque, como él mismo reconoce que es habitual, se quedó dormido en el tren, despertándose con el tiempo justo de apearse.
Propuesto para este premio por la Fundación Javier Barros Sierra, centro de investigación prospectiva, su candidatura fue inmediatamente apoyada por la Universidad Autónoma de México, donde lleva 25 años dando clase en el Instituto Je Ingeniería. Doctorado por la universidad de Illinois, ex viceministro de Educación en su país y asesor de la Unesco y de la Organización de Estados Americanos (OEA) en materia sísmica y de investigación científica, ha sido galardonado, precisamente, por el conjunto de sus investigaciones sobre el comportamiento de las construcciones frente a los terremotos. Este mismo año, cuando ha cumplido los 60 de edad, ha sido distinguido también con el máximo título honorífico que se otorga en su país, el de investigador nacional. Miembro de una familia de destacados científicos -un tío suyo tiene incluso una calle dedicada en México-, se interesó por los fenómenos sísmicos porque, en cierta forma, la ingeniería sísmica es una caricatura de la ingeniería civil, unido al hecho de que México se encuentra dentro de una de las zonas mundiales más activa en fenomenología sísmica».
La concesión del Premio Príncipe de Asturias de investigación científica y técnica, que comparte con el bioquímico español David Vázquez Martínez, ha coincidido con su estancia en nuestro país junto a un grupo de investigadores mexicanos que, con motivo de la visita del presidente de este país, Miguel de la Madrid, están realizando un encuentro con científicos españoles dentro del programa de actividades denominado Ciencia y Tecnología en México. Emilio Rosenblueth ha expuesto sus opiniones sobre el compromiso que todos los profesionales tienen con la sociedad en la conferencia Ética y diseño estructural.
Esta vinculación entre el diseño de estructuras y la actitud ética de los ingenieros es para él algo claro y evidente, ya que «el ingeniero civil está obligado a tomar decisiones que repercuten en la sociedad. Si nos limitamos únicamente a aplicar reglamentos estamos dejando que las decisiones las tomen otros por nosotros. Podemos preguntar nos qué es lo qué debemos hacer, y esto nos lleva a entrar por completo en el terreno de la ética». «Necesariamente», continúa, «en la labor de todo profesional hay un aspecto humanista, que puede enfocarse también como un contrato social entre el ingeniero, en mi caso, y la sociedad a la que sirve. Es una relación recíproca: al ingeniero se le encarga la realización de un trabajo muy gratificante y si no cumple se le retira la confianza».
Con cualquier material puede conseguirse la resistencia sísmica adecuada al riesgo que presenta la zona. Habitualmente se utiliza para ello el hormigón como refuerzo o como parte de la estructura, lo que resulta menos caro que la estructura de acero, más dúctil e incluso hay zonas donde se utiliza el hormigón reforzado con bambú.