Ana María Cetto Kramis Física

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Descripción

Nació en la Ciudad de México, el 18 de febrero de 1946,

Tiene una personalidad que se caracteriza por su compromiso social como científica. Fue presidenta del Consejo de las Conferencias Pugwash cuando esta organización internacional ganó el Premio Nobel de la Paz en 1995. Doctora en Física por la Universidad Nacional Autónoma de México, cuenta con una maestría en Biofísica por la Universidad de Harvard. 

Sus especialidades son la mecánica cuántica, la electrodinámica estocástica y la biofísica de la luz.

 Coordinó el proyecto para el Museo de la Luz (UNAM), dedica tiempo y esfuerzo en descubrir qué hay detrás de la mecánica cuántica, el tema que la atrapó desde que cursó el doctorado.

 Es reconocida en el círculo científico por su labor pacifista, pues su sentido humano lo imprime en su desempeño profesional.

El segundo Nobel de la Paz que ganó fue como directora general adjunta del Organismo Internacional de Energía Atómica, en 2005.

Es una convencida de que el avance de la ciencia debe ser en beneficio de la humanidad, por ello, ha trabajado en pos de la paz, el desarme y la no proliferación de armas nucleares.

Por lo anterior ha colaborado en la Conferencia Mundial para la Ciencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el Consejo Internacional para la Ciencia y la Fundación Internacional para la Ciencia.

Fue presidenta del Consejo de las Conferencias Pugwash cuando esta organización internacional ganó el Premio Nobel de la Paz en 1995.

En 2002, se convirtió en la primera latinoamericana que es nombrada secretaria general del Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU, por sus siglas en inglés).

En el 2003 fue nombrada Mujer del Año; ha recibido diversas distinciones; es miembro de la Third World Academy of Science (con sede en Italia), miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, de la Sociedad Mexicana de Física y de la American Physical Society (Sociedad Estadounidense de Física).

En 2006 ocupaba el cargo de directora de Cooperación Técnica y Subdirectora del Organismo Internacional de Energía Atómica en la ciudad de Viena, en Austria. Se ha desempeñado además como profesora y directora de la Facultad de Ciencias de la UNAM.

Vale la pena dedicarse a la ciencia

Cuando Ana María Cetto era pequeña, alguna vez le preguntó a su padre de qué estaban hechas las cosas. Él le contestó que de partículas en movimiento. “Recuerdo muy vívidamente el impacto que me causó la explicación de que la materia, tal como la vemos, parece fija, estable, que prácticamente no cambia y, sin embargo está en constante movimiento y se transforma. Esa aparente contradicción me obsesionó durante mucho tiempo y me hizo pensar que la naturaleza está llena de secretos que vale la pena descubrir para entenderla mejor”, evoca la investigadora del Instituto de Física de la UNAM.

Considera que el hecho de haber recibido una respuesta que la hiciera reflexionar la motivó a querer saber más y seguir formulando preguntas.

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