Silvestre Revueltas Sánchez Director de Orquesta

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Descripción

Nació en Santiago Papasquiaro, el 31 de diciembre de 1899 murió en la  Ciudad de México, el 5 de octubre de 1940

Uno de los más importantes compositores de la primera mitad del siglo XX, su legado una obra musical original, breve y significativa que dio identidad al paisaje sonoro mexicano.

Desde niño, Silvestre fue considerado un prodigio, ya que a los 11 años dio su primer recital de violín, instrumento con el que mostró su talento, y posteriormente lo estudió en el Conservatorio Nacional de Música, donde también llevó composición.

En el marco de la campaña “Contigo en la distancia”, se recuerda que sus primeras obras datan de 1915, en el contexto de la Revolución Mexicana, y a los 17 años, a instancias de su padre, Gregorio Revueltas, ingresó en la escuela jesuita de St. Edwards en Texas, donde descubrió la música de Claude Debussy, quien fue una de sus grandes influencias.

Regresó a México en 1923 cuando el entonces secretario de Educación, José Vasconcelos, emprendía las misiones culturales, a través de las cuales llevó los beneficios de la cultura y la educación a todos los ámbitos de la sociedad, sobre todo a los más pobres. En esa época Silvestre Revueltas entabló amistad con el compositor Carlos Chávez.

Tras varios años de concertista, Revueltas se reveló como compositor al presentar la obra Batik para orquesta de cámara, una mezcla con influencia de Debussy y Arnold Schönberg.

Posteriormente, en 1929, cuando Carlos Chávez creó la Orquesta Sinfónica de México, invitó a Silvestre a formar parte de la agrupación como asistente, lo cual dio oportunidad de dar a conocer su obra y la de Chávez.

Su obra en el séptimo arte

En opinión de los expertos, sus obras más importantes las compuso de 1930 a 1940. Entre ellas La noche de los mayasSensemayáCuauhnáhuacEsquinas, JanitzioDanza geométricaVentanas y Redes, que lo dieron a conocer en el mundo y lo convirtieron en uno de los primeros compositores de música para el cine.

A ocho décadas de su fallecimiento, la música de Silvestre Revueltas ha trascendido en el tiempo. Sus partituras son interpretadas y escuchadas en la musicalización de películas nacionales y extranjeras, y se mantiene como uno de los más influyentes representantes de la corriente musical nacionalista.

Durante su estancia en Chicago en los años treinta, Revueltas se vinculó con las corrientes de izquierda, por lo que en 1937 viajó a España para participar en la Guerra Civil (1936-1939), al lado del bando republicano, conflicto que le impactó menguando su ánimo e intenciones de apoyar el movimiento. “La destrucción de una civilización hicieron considerar inútil cualquier intento de colaborar con una causa noble”, afirmó en una carta escrita en 1939.

Su obra Homenaje a Federico García Lorca se estrenó en el Palacio de Bellas Artes en 1936, tres meses después del asesinato del poeta español, y Sensemayá se convirtió en una de las composiciones mexicanas más importantes y populares de su autoría.

Esta pieza se ha interpretado bajo las batutas de Leopold Stokowski, Leonard Bernstein, Eduardo Mata, Esa-Pekka Salonen y Gustavo Dudamel, algunos de los directores más sobresalientes de los últimos 100 años. A esas obras le siguieron La noche de los mayas y otras para el cine. Se cree que antes de fallecer trabajaba en un ballet basado en los grabados de José Guadalupe Posada.

Impulsor del nacionalismo musical

El fallecido violista e investigador musical Sergio Ortiz Bobadilla, quien difundió la vida y obra del compositor duranguense, consideró que “Revueltas es un pilar de la música de concierto de México y su obra contribuyó de manera definitoria a la evolución del nacionalismo musical de nuestro país; movimiento que tomó en cuenta la expresión tradicional y popular para que, mediante el tratamiento de las formas establecidas de la cultura musical occidental, pudiera adquirir una imagen y presencia diferentes”.

Ortiz, quien formó parte de Concertistas de Bellas Artes del INBAL, añadió que Revueltas fue un compositor que contó con una escasa producción musical pero muy valiosa; fue un creador que realizó prácticamente su repertorio en los años treinta, época del nacionalismo mexicano. Escribió música acorde a la dinámica social de su tiempo. Se trata, “sin discusión alguna, del compositor genial que le da una identidad al paisaje sonoro mexicano, por lo que su sonido es inconfundible”, apuntó.

Fue velado en el Conservatorio Nacional de Música y sepultado en el Panteón Francés, donde Pablo Neruda leyó un poema dedicado al compositor. En 1976 sus restos fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres.

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