Descripción
Casa habitación en la que cada uno de sus espacios adoptó la forma de museo cuatro años después de la muerte de Frida Kahlo. Tanto Diego Rivera como Frida, con el devenir del tiempo, colmaron los rincones de la también conocida como Casa Azul con una gran cantidad de objetos producto de la cultura popular y otros de la autoría de Clausell, Orozco, Tanguy, Velasco, Mardonio Magaña y Carmen Caballero. En la actualidad, el público puede apreciar algunos de los cuadros que elaboraron Kahlo y Rivera, así como enseres y artículos de uso personal y cotidiano de cada uno de ellos.
Paso a paso, el visitante puede observar de la pintora su aposento, joyas, implementos de trabajo, espejos de todos los tamaños, una colección de mariposas, los típicos vestidos, los corsés ortopédicos, la cocina, el comedor y otros espacios.
El Museo Frida Kahlo se localiza a unas cuantas calles del centro del barrio de Coyoacán; muy cerca de los museos Casa de León Trotsky y del Nacional de Culturas Populares, así como de los templos de Santa Catarina y La Conchita.
En la primera sala dedicada a Frida se presenta su obra al óleo. Las telas que reflejaron su estado de ánimo, su postura ante el mundo, sus temas de obsesión: el autorretrato y la infertilidad.
En otra sala se muestra La paleta de colores de Frida rescatada a través de una profunda restauración. Esta pieza se acompaña de un extracto del diario íntimo de la pintora, donde describe y dota de emociones a cada color utilizado por ella en su obra.
La sala de la cocina representa el típico fogón mexicano. Aunque en esa época ya se usaba la estufa con gas, Frida y Diego preferían cocinar a la manera antigua, con leña, y preparar platillos prehispánicos, coloniales y populares.
En el estudio se encuentra el caballete que le regalara Nelson Rockefeller, sus pinceles y sus libros. Además de un estilo funcionalista, este espacio adquirió un decorado con objetos de arte popular mexicano.