Osos Negros Su mayor refugio en la Sierra madre occidental

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Descripción

Es el carnívoro de mayor tamaño en México, de acuerdo con la campaña Salvemos a un Amigo del Fondo Mundial para la Naturaleza. Sin embargo, apenas una pequeña parte de su dieta (entre 3% y 20%) consiste en carne; el resto de su alimentación está compuesto por plantas. 

 

Puede medir hasta dos metros de largo, además de pesar entre 90 y 260 kilos. Las hembras son 20% más pequeñas que los machos. 

No necesariamente es negro. Su pelaje puede tener tonos azulados, marrón canela u oscuro. Su hocico es un poquito más claro. Sus garras miden unos 2.5 centímetros, son mucho más cortas que las del oso grizzly (de siete a 10 centímetros). 

Actualmente puede encontrarse en algunos estados al norte de México: Nuevo León, Chihuahua, Sonora y Coahuila; además habita Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, históricamente también se distribuyó por entidades como Durango, Zacatecas, Jalisco, Aguascalientes, Tamaulipas, Nayarit y San Luis Potosí. Vive en regiones montañosas, así como el semidesierto y zonas de matorral.

 

Hay entre 850 mil y 950 mil osos en Norteamérica, pero no se sabe cuántos osos negros habitan en México. Sí se tiene registro de que a mediados del siglo pasado se redujo en 80% su población, según Protección de la Fauna Mexicana. 

Son bastante ágiles. Pueden trepar muy bien y alcanzar velocidades de 40 kilómetros por hora en distancias cortas.

 

Acostumbran marcar árboles para ubicarse en el bosque. Además son hogareños: se sabe que algunos ejemplares que habían sido removidos de su hábitat lograron regresar desde una distancia superior a 160 kilómetros. 

 

Pueden pasar siete meses sin comer durante la hibernación. Pero se preparan muy bien: las hembras consumen diario hasta 15 mil calorías antes de hibernar. 

 

Tienen mala visión, aunque un excelente olfato y oído.

 

En promedio viven 20 años, de acuerdo con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. 

Son animales solitarios, excepto durante el apareamiento. Además, las hembras cuidan a sus crías en los primeros dos años de vida. 

El oso negro está catalogado por Semarnat como una especie en peligro de extinción. Entre sus amenazas está la cacería furtiva, el comercio ilegal, la pérdida de hábitats y los conflictos en zonas pobladas (por ejemplo, cuando afectan los cultivos). 

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