Descripción
Nació el 15 de septiembre de 1938 murió el 4 de junio de 1969
El mejor tenista mexicano en la historia, era el domingo 8 de septiembre de 1963 y Rafael Osuna Herrera, conocido como el “Pelón” desde que un día se le escapó a su padre y se rapó, estaba muy cerca y muy lejos de alcanzar su meta.
Era la final del Campeonato Nacional de Estados Unidos, como se conocía entonces al US Open, uno de los cuatro torneos de Grand Slam del año, ganarlo es un privilegio para muy pocos. En el Estadio West Side Tennis Club de Forest Hills, en Nueva York, dos voluntades de hierro estaban a punto de hacer colisión.
Sólo unas horas lo separaban de esa conquista, pero primero tenía que dominar el salvaje servicio del anfitrión, Frank Froehling, sexto del mundo. El gigante de 1.90 metros tenía en ese entonces el servicio más poderoso del circuito. Pavimentó su camino a la última instancia a base de saques as, sus oponentes, incluso el favorito, Roy Emerson, sólo veían que la pelota se convertía en una especie de raya.
Osuna ya era un rival temido, a diferencia de tres años atrás cuando ganó el torneo de dobles de Wimbledon, otro de los grandes, junto con Dennis Ralston, ambos unos jovenzuelos desconocidos.
El orgullo del Club Deportivo Chapultepec, venía de vencer a Chuck Mckinley, quien a su vez había ganado ese mismo año el torneo de singles de Wimbledon sin perder un solo set, algo que pocos han logrado.
Comienza el partido. Once mil personas expectantes ven dudar a Froehling. Resulta que Osuna está colocado muy atrás, pegado al back front. Así que el americano le pregunta al mexicano si está listo. Indica que sí con una maquiavélica sonrisa. Froehling también le pregunta al juez de silla si ya puede sacar. Contesta que adelante.
Esa maniobra de esperar el cañonazo de Froehling desde el fondo de la cancha se conocería como “Operación Cha-Cha-Cha”, una estrategia digna del mejor ajedrecista. Romperle el juego a Froehling, ese era el objetivo. Y lo logró. Froehling sacaba, Osuna devolvía un globo, simplemente para subirse a la red y forzar el intercambio, territorio donde sus movimientos felinos le daban la ventaja.
“No sabía qué hacer con los globos de Osuna, eran demasiado altos y profundos, no los veía bien entre tantas camisetas blancas”
Admitió Froehling en una entrevista reciente con el periodista Toby Smith.
Se llevó el partido en tres sets corridos (7-5, 6-4, 6-2), resultado que lo catapultó como número uno del mundo. Osuna se convertía así en el primer (y único a la fecha) mexicano en ganar un torneo de Grand Slam en la modalidad de singles. Así como el primer latinoamericano en ganar el US Open, desde entonces, hace 52 años, solamente otros dos lo han conseguido. Los argentinos Guillermo Vilas en 1977 y Juan Martín del Potro en 2009.
Su hazaña en este torneo, que comienza este día en una edición más, es uno de los mayores logros de cualquier deportista mexicano, rivaliza con la medalla de oro de Felipe Muñoz en la natación de los Juegos Olímpicos de México 68 o el metal del mismo color conquistado por el equipo de futbol en los JO de Londres 2012.
Su última participación antes de fallecer, fue la única victoria de México sobre Australia, en la Copa Davis, en donde obtuvo la victoria en dobles y sencillos. En ese entonces, el país de Oceanía ostentaba 17 campeonatos de dicho certamen de talla internacional. En este mismo torneo, es el jugador que, representando a México, más victorias ha conseguido, con 42.
De ese tamaño es la proeza de Rafael Osuna Herrera, quien murió el 4 de junio de 1969 en un misterioso avionazo.