Descripción
La empresa mexicana Probionics busca colocar la creación de prótesis de brazos robóticos en el mercado con un costos de 7 a 10 veces menor que empresas europeas y estadunidenses, dependiendo del número de módulos tecnológicos con los que se crea.
“Una prótesis de mano, antebrazo y codo en Estados Unidos se coloca aproximadamente en 2 millones de pesos, la de nosotros está en 180 mil, y la de una mano en 50 mil pesos, cuando la extranjera cuesta 32 mil dólares”
La empresa dedicada al desarrollo de órganos artificiales y plataformas de rehabilitación se encuentra en negociación con dos compañías mexicanas para la fabricación y comercialización de la tecnología creada por Bravo, quien no quiso detallar los nombres de las compañías por motivos de confidencialidad.
El emprendedor egresado del Instituto Politécnico Nacional también tiene planes de ingresar al mercado en Sudamérica, Estados Unidos y, en un futuro, Europa.
El proyecto creado por el ingeniero biónico del IPN surgió desde que se encontraba en la universidad. Su trabajo de tesis fue un prototipo de brazo artificial para una persona amputada que fue probado con éxito.
Después de egresar de la carrera de Ingeniería desarrolló versiones mejoradas y un año después creó la empresa Probionics.
En 2008, el prototipo tuvo el financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, (Conacyt) a través del programa de avances que brinda el instituto y en 2010 contó con otro apoyo a través del Fondo de Innovación Tecnológica, fideicomiso creado entre la Secretaría de Economía y el Conacyt.
El diseño del brazo robótico está basado en un desarrollo molecular que interpreta las contracciones musculares del paciente, el sistema del brazo artificial puede registrar esta señal a través de tres electrodos y controlar el movimiento de la prótesis.
“Cuando se desea elevar la mano a la cara se debe hacer contracción muscular en el bíceps y la corriente electroquímica se registra a nivel de la piel, en ese momento se reconoce una malla invisible de corriente eléctrica”, indicó el director de Probionics.
El prototipo se adapta a nivel de mano, antebrazo, brazo u hombro, dependiendo de las necesidades del paciente, puede colocarse o quitarse las veces deseadas. La estructura de la mano es una pinza con tres dedos artificiales, esto porque se considera que la fuerza se desarrolla en los tres primeros dedos.
El brazo lleva un guante que simula la mano del paciente y existen dos tamaños y cinco tonos para adaptarse mejor a las características físicas de cada persona.
La prótesis puede detectar tres intensidades de movimiento: baja, media o alta, pesa 260 gramos la de mano, 650 hasta el antebrazo y 1.2 kilos arriba del codo, por lo que se aproxima al peso del brazo biológico.
El brazo robótico permite al usuario reincorporarse al ámbito laboral y adquirir aceptación social. Se trata de un doble beneficio: funcional y emocional.
La empresa mexicana trabaja en la producción de piernas artificiales, prótesis para amputaciones parciales de mano, como dedos y la creación de exoesqueletos para personas invalidas “que a través de este exoesqueleto, que sería como una especie de traje que se para y con ello la persona va a poder caminar, subir escaleras, sentarse pararse y dejar de lado la silla de ruedas”